A propósito de los cambios que necesitamos hacer en nuestra vida, esos que se nos resisten y que a veces aplazamos casi de modo indefinido, ayer me vino a la mente la imagen de las guerras de guerrillas: no quiero ganar la guerra entera ahora, sino que me conformo con desestabilizar. Ayer lo comentaba en una clase de modificación de conducta canina, ante alguien que se plantea cambios globales. Déjalo, no quieras cambiar todo a la vez y le propuse entrenar esta semana la “guerra de guerrillas”: de vez en cuando, haz algo, aunque sea pequeño, para acercarte al cambio que quieres, un paso pequeño sencillo, un romper la rutina,…
La técnica guerrillera quiere provocar el desgaste del enemigo, en su propio terreno. Igual estas novedades que vamos introduciendo en nuestra vida, estos pequeños cambios que al final consiguen transformar el resultado.
Desde Japón resuena un concepto muy parecido, el Kaizen, el convencimiento de que todo cambio empieza en el primer pequeño paso y que los pequeños pasos tienen sentido. Es una filosofía de vida muy interesante.
La guerra de guerrillas, por último, se centra en objetivos estratégicos. No vayas a por todo, sino sólo a lo que de verdad importa.
Referencias a imágenes:
Imagen destacada: Foto de Ryoji Iwata